jueves, 19 de enero de 2012
miércoles, 4 de enero de 2012
Piratas del Caribe
Me encontraba en Tortuga, tomando unos tragos, en eso veo que se arma revuelo, no me sorprendí tanto ya que eso era normal en aquel lugar, pero pasado unos minutos me doy cuenta que no era cualquier revuelo, alguien estaba hablando.
-Esa voz es de….
-Si mi queridos marinos, soy el Capitán Jack Sparrow, y estoy buscando tripulantes, ¿Qué marino se anima a surcar los mares?
No podía creerlo, el legendario Jack Sparrow estaba hay frente mí, no pude evitar acercarme y decirle que yo quería formar parte de su tripulación. El contramaestre Gibbs apuntó mi nombre en la lista y me dio un par de cajas para que la valla subiendo al navío.
Al estar a bordo del perla negra miraba para todos lados, estaba totalmente anonadada, era tan hermosa como había escuchado, los mástiles, las velas, la madera, todo dentro del navío era maravillo, ahí fue donde comprendí porque Jack estaba tan enamorado del Perla, a mí también me había cautivado. Mientras observaba la nave acomodaba las cajas hasta que el Capitán dio las típicas ordenes “Icen las velas”, y toda la tripulación a bordo se puso en marcha.
Pasamos unos cuantos meses en alta mar, en ese periodo de tiempo Jack me toma confianza, así como la que tiene con Gibbs, o quizá un poco más, yo lo ayudaba a tomar los cursos en el mar, le contaba de misteriosas islas con importantes tesoros escondidos, y él tan aventurero como es quiso realizar esas travesías, por ello fuimos en busca de su segundo navío, El Perla Blanca. Cuando llegamos al lugar donde la tenia escondida, dio la orden que la mitad de sus tripulantes pasen a ese navío y me dio su sombrero y me dijo.
-Muy bien Capitana Misha, tu comandaras el Perla Blanca, navegaras bajo mi mando y me darás el 30% de tu motín ¿Qué te parece?-
Sin pensarlo dos veces acepte la oferta que el Capitan Sparrow me había propuesto, y me monte en el perla y zarpamos a surcar los mares con el resto de los marinos despidiéndonos del Perla Negra con un bombardeo de caños, a lo que este nos despide de la misma forma tomando un rumbo diferente. Mientras los marinos hacían sus trabajos correspondientes, yo me encontraba con mi mano derecha, mi gata, observando las rutas que Sparrow me había marcado en el mapa para ir en busca de los misteriosos tesoros que estaban escondidas en tierras desconocidas. De vez en cuando observaba el Perla, no le quedaba mal el nombre cuando le daba la luz brillaba tanto como una perla blanca, era hermoso.
Pasado un tiempo ya nos habíamos enfrentado a criaturas como sirenas, krakens, otros piratas, hasta criaturas que nunca había visto como las sirenas caballo, esas si que eran aterradoras, mientras estaban en el agua eran hermosas sirenas con una encantadora voz, pero cuando tocaban tierra o tocaban alguna superficie que no tuviera agua, se trasformaban en centauros, aunque en su cola podía notarse que eran criaturas marinas ya que no eran de pelo sino que seguían teniendo la cola de pescado de distintos tonos, verdes, azules, esmeraldas, agua marino, entre otras tonalidades, Esas criaturas fueron las más difíciles de vencer.
Ya era casi él día que teníamos que volver a la cruz marcada en el mapa para encontrarnos nuevamente con el Capitán Jack Sparrow, y el barco estaba repleto de grandes tesoros, uno más misterioso que otros. Llegamos a la bahía, tiramos el ancla y tocamos tierra con los botes, los demás ya estaban esperándonos en la orilla, Jack me pasa una botella de ron las chocamos
-Hurta lo que quieras
-Y nada devuelvas
Y nos tomamos unos cuantos tragos y comenzamos hablar de nuestras aventuras en alta mar, y de la repartición del motín.
-Misha, es hora de ir a buscar un pez gordo, necesito tu ayuda
-Si mi capitán, ¿Cuándo zarpamos?
-Hoy mismo
-Muy bien, le avisare a mis hombres que vallan preparando la nave
Ya estaba todo preparado y estábamos saliendo a una nueva aventura. El Perla Blanca iba detrás del Perla Negra. Así navegamos por unos cuantos días, hasta que nos topamos con barco pirata que estaba izando la bandera para darnos guerra, a lo que el Capitán Sparrow hizo lo mismo.
-Icen la bandera, y manténganse preparados para atacan, alisten los cañones
Ya los dos Perlas estaban listos para enfrentarse a su contrincante, Jack da la señal con su espada, y los dos al mismo tiempo dimos la orden
-FUEGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
martes, 3 de enero de 2012
Envry
El 27 de Diciembre del 2010 a las 13:30 del mediodía me encontraba comiendo unas medias lunas con un jugo de naranja sentada en la cañanada de Córdoba con mi princesa de las profundidades marinas, cuando de repente veo algo amarillo que se mueve en la vereda del frente, mi instinto me decía que vaya a ver que era, le hice caso y me cruce, cuando observo el suelo veo que era un pichonsito, por lo cual llamo a Marie para que me ayudara a recogerlo y traerlo a la casa. Ella lo agarro con una bolsa de madera y lo tuvo entre sus manos mientras hablábamos como alimentarlo, y decidiendo que nombre le íbamos a poner como hasta las 14:00hs, ya que tenía que volver al trabajo. Yo me fui caminando con el pequeño Envry al departamento, lo lleve a la pieza y busque una cajita con trapitos viejos para hacerle una casita, lo metí adentro, encerré a mis gatos en la habitación, lo puse al lado de la computadora para que le de calorcito y espere a que se calmara y que Marie llegara a la casa para darle de comer las dos juntas.
Cuando ya eran las 18:15 mi princesa llego al hogar y se quedo cuidando del pequeño pichón mientras yo fui a comprar el nestum y una jeringa para alimentarlo. Marie preparo su comida y me enseño agarrarlo, limpiarlo y darle de comer. Al principio me daba un poco de impresión, ya que tenía miedo de lastimarlo porque se veía muy frágil, pero ya cuando no me quedo otra que alimentarlo porque su otra mami estaba trabajando , le agarre la mañana.
Al día siguiente como a eso de las 15 hs. Fue la primera vez que le di de comer yo sola, y me anime a tenerlo entre mis manitos, fue muy lindo, me encariñe un montón, le daba de comer con la jeringuita cada 3 o 4 horas y lo dejaba un ratito afuera de la cajita para que estirara sus alitas y sus patitas.
Así pasaron 3 días, dándole de comer, ayudándolo a estirar sus extremidades, escucharlo cantar para pedir comidita, estirando la cabecita para que se la rasque, limpiándole el pico y sus plumitas para que no se pegoteen de nestum, mirándolo para ver que estuviera bien, fue hermoso, hasta que llego el 30 de Diciembre, ese día Marie le fue la primera en darle su comida, él estaba tan imperativo e impaciente por comer, tan tierno como los días anteriores. Cuando termino de comer lo acariciamos un ratito y lo volvimos a meter en su casita, pasaron unas dos horas y lo había ido a ver para ver que estaba haciendo, él se encontraba dormido, le toque la cabeza por miedo a que le hubiese pasado algo y despertó y estiro el cuellito para que se lo rascara. Eran como las 4 de la tarde cuando fui a verlo por última vez, era casi su hora de comer, y como nosotras con Marie íbamos a salir quería alimentarlo antes de partir hacer los trámites que teníamos de Año Nuevo para no andar a las corridas el 31. Cuando me acerco para verlo no respiraba, le toco la cabecita y no recibí respuesta alguna de él, le golpee la caga y tampoco paso nada, desde la cocina llamo a su mami diciéndole “SE MURIO”, y ella se acerca lo ve y me dice que si.
No pude contenerme, las lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, sentía que un pedacito de mi alma se desgarraba, no pude y todavía no puedo entender como murió, porque murió, si estaba tan vivaracho aquella mañana. Nos sentamos con Marie en el fotón del living y nos consolábamos la una a la otra, por unos 20 30 minutos, hasta que decidimos enterrarlo. No hicimos las vueltas de Año Nuevo pero fuimos al centro comercial Farabela para comprar una maseta, y lo recorrimos para ver si encontrábamos plantas o algo pero no encontramos nada, salvo el cuenco de vidrio. Cuando tomamos un taxi para volver a la casa y salir nuevamente al centro para conseguir tierra vimos una florería, así que dejamos las cosas en el depto y caminamos una cuadra y media para ir a comprar la tierra, no la conseguimos pero en su lugar compramos un lindo pinito enano. A los pocos minutos ya estábamos en el depto trasplantando el pino que ahora lleva su nombre en su honor y enterramos a Envry con él para decirle un hasta pronto.