martes, 3 de enero de 2012

Envry


El 27 de Diciembre del 2010 a las 13:30 del mediodía me encontraba comiendo unas medias lunas con un jugo de naranja sentada en la cañanada de Córdoba con mi princesa de las profundidades marinas, cuando de repente veo algo amarillo que se mueve en la vereda del frente, mi instinto me decía que vaya a ver que era, le hice caso y me cruce, cuando observo el suelo veo que era un pichonsito, por lo cual llamo a Marie para que me ayudara a recogerlo y traerlo a la casa. Ella lo agarro con una bolsa de madera y lo tuvo entre sus manos mientras hablábamos como alimentarlo, y decidiendo que nombre le íbamos a poner como hasta las 14:00hs, ya que tenía que volver al trabajo. Yo me fui caminando con el pequeño Envry al departamento, lo lleve a la pieza y busque una cajita con trapitos viejos para hacerle una casita, lo metí adentro, encerré a mis gatos en la habitación, lo puse al lado de la computadora para que le de calorcito y espere a que se calmara y que Marie llegara a la casa para darle de comer las dos juntas.
Cuando ya eran las 18:15 mi princesa llego al hogar y se quedo cuidando del pequeño pichón mientras yo fui a comprar el nestum y una jeringa para alimentarlo. Marie preparo su comida y me enseño agarrarlo, limpiarlo y darle de comer. Al principio me daba un poco de impresión, ya que tenía miedo de lastimarlo porque se veía muy frágil, pero ya cuando no me quedo otra que alimentarlo porque su otra mami estaba trabajando , le agarre la mañana.
Al día siguiente como a eso de las 15 hs. Fue la primera vez que le di de comer yo sola, y me anime a tenerlo entre mis manitos, fue muy lindo, me encariñe un montón, le daba de comer con la jeringuita cada 3 o 4 horas y lo dejaba un ratito afuera de la cajita para que estirara sus alitas y sus patitas.
Así pasaron 3 días, dándole de comer, ayudándolo a estirar sus extremidades, escucharlo cantar para pedir comidita, estirando la cabecita para que se la rasque, limpiándole el pico y sus plumitas para que no se pegoteen de nestum, mirándolo para ver que estuviera bien, fue hermoso, hasta que llego el 30 de Diciembre, ese día Marie le fue la primera en darle su comida, él estaba tan imperativo e impaciente por comer, tan tierno como los días anteriores. Cuando termino de comer lo acariciamos un ratito y lo volvimos a meter en su casita, pasaron unas dos horas y lo había ido a ver para ver que estaba haciendo, él se encontraba dormido, le toque la cabeza por miedo a que le hubiese pasado algo y despertó y estiro el cuellito para que se lo rascara. Eran como las 4 de la tarde cuando fui a verlo por última vez, era casi su hora de comer, y como nosotras con Marie íbamos a salir quería alimentarlo antes de partir hacer los trámites que teníamos de Año Nuevo para no andar a las corridas el 31. Cuando me acerco para verlo no respiraba, le toco la cabecita y no recibí respuesta alguna de él, le golpee la caga y tampoco paso nada, desde la cocina llamo a su mami diciéndole “SE MURIO”, y ella se acerca lo ve y me dice que si.
No pude contenerme, las lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, sentía que un pedacito de mi alma se desgarraba, no pude y todavía no puedo entender como murió, porque murió, si estaba tan vivaracho aquella mañana. Nos sentamos con Marie en el fotón del living y nos consolábamos la una a la otra, por unos 20 30 minutos, hasta que decidimos enterrarlo. No hicimos las vueltas de Año Nuevo pero fuimos al centro comercial Farabela para comprar una maseta, y lo recorrimos para ver si encontrábamos plantas o algo pero no encontramos nada, salvo el cuenco de vidrio. Cuando tomamos un taxi para volver a la casa y salir nuevamente al centro para conseguir tierra vimos una florería, así que dejamos las cosas en el depto y caminamos una cuadra y media para ir a comprar la tierra, no la conseguimos pero en su lugar compramos un lindo pinito enano. A los pocos minutos ya estábamos en el depto trasplantando el pino que ahora lleva su nombre en su honor y enterramos a Envry con él para decirle un hasta pronto.

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