miércoles, 30 de noviembre de 2011

Canten pájaros canten, no dejen que el ruido de la ciudad tape su voz

lunes, 28 de noviembre de 2011

Análisis musical de “El Rey León”

Desde las Entrañas

El día transcurrió normal, el calor era insoportable, lo único que menos se esperaría de un día como este era que a media noche se desatara una tormenta como la que acababa de comenzar. El cielo se tornó de un color rojizo con estelas de luz verde. Haruka y Michiru se encontraban dormidas, sin embargo debido al silbido del viento abriendo las persianas Michiru se despierta y lo primero que ve es que su espejo irradia una luz extraña. Justo antes de tomarlo con sus manos escucha que fuera de su habitación unos pasos acelerados se acercan cada vez más.

Algo temerosa, Michiru sale a ver que es aquello, e inesperadamente se topa con Setsuna quien le advierte en un tono de preocupación que debían abandonar la casa para partir hacia el Rosembelt ubicado en el Reino del Este. Michiru no entendía nada, pero despertó a Haruka impaciente quien se levantó súbitamente, algo confundida, pero como estaban acostumbradas a estas situaciones inesperadas no preguntó nada y fue a encender el auto.

En menos de un minuto ya estaban en marcha hacia aquel extraño lugar. Michiru se preguntaba una y otra vez qué podría causar ese fenómeno mientras observaba los reflejos de aquellos rayos en su espejo camuflados con algún mensaje extraño que éste quería revelar, pero por algún motivo no era posible. Setsuna miraba confundida todo su alrededor, incluso los árboles sentían el miedo y Haruka aceleró hasta alcanzar la velocidad máxima.

En un par de horas llegaron a aquel misterioso lugar, donde se veía a lo lejos el ojo de la tormenta. Habían escombros por todas partes, olor a putrefacción, murciélagos, los árboles segregaban savia azul. Aullaban aquellos animales que parecían ser lobos, pero era algo que ninguna de las sailor scouts habían visto anteriormente. Del centro de aquel ojo emanó un rayo de luz del cual poco a poco se fue divisando la imagen de alguien con un traje negro desde los pies hasta la cabeza y a la vez cubierto por lo que parecían ser unos tentáculos que provenían desde su espalda. Se escuchó un sonido de utratumba que dijo: “Bienvenidas, a vosotras os daré un trato especial”.

Las Outer se encontraban confundidas con lo que habían escuchado, y su sangre se heló al ver que poco a poco, Mercury, Mars, Jupiter, Venus, Saturn e incluso Sailor Moon se encontraban enrolladas en las babosas extremidades de aquel ser.

Sin dudarlo tomaron sus plumas de transformación, pero sin darse cuenta, las raíces de aquellos arbustos absorbieron su energía haciendo que estas cayeran inconscientes a la tierra húmeda y lo único audible en aquel momento fue una risa terrorífica.

Dos horas después, una a una, Haruka, Setsuna y Michiru, abrieron sus ojos y estaban acostadas en lo que parecían ser cajones y al incorporarse observaron que todo estaba hecho de huesos y piedras, era un calabozo, pero lo que las dejó sin poder articular una palabra fue cuando se miraron entre ellas. Su aspecto era el de un cadáver, su piel de tonos verdosos y azulados, sus cabellos grasientos, el brillo de sus ojos no existía más y las articulaciones de sus huesos eran totalmente visibles.

El aspecto de Haruka era tan raquítico como el de un esqueleto, en su rostro tenía lo que parecían unas correas con taches formando una cruz que sostenía parte de sus sesos. Michiru por otra parte tenía un barbijo de cuero que la ayudaba a sostener su mandíbula y los huesos de sus caderas estaban al aire. Setsuna había tomado un tono azulado de piel, de su cabeza sobresalían unos pequeños cuernos y de su cuello colgaban unas venas del mismo color.

Desde las sombras apareció aquel ser llamado Archord quien con esa estruendosa voz volvió a hablar diciéndoles: “Si quereís recuperar su mundo con el aspecto que le conoceís, es hora de empezar a completar las misiones que os asignaré, de otro modo vivireís como un alma en pena por toda la eternidad”

Un Universo Extraño

No era muy tarde, serían las 5 de la tarde más o menos, cuando me entró una llamada, era de un conocido que trabajaba en la NASA, me dijo:

-Hey hola, ¿Cómo estás?

-Bien bien ¿Y vos?

-Bien, che te quería preguntar, ¿Todavía estás interesada en viajar al espacio?

-¿al espacio?, POR SUPUESTO, me encantaría, sería un sueño hecho realidad, pero ¿se puede saber a que viene la pregunta?

-jajajaja, si si, pasa que acá están haciendo un programa o evento como lo quieras llamar, para llevar personas que estén interesados en el espacio, y que tengan una cualidad muy especial, que tenga mente de artista, sea pintor, escritos, bailarín, músico.. es para…

-ña, ña, si si, acepto con gusto…hay que emoción, ya quiero ir para allá, ¿Cuándo me tengo que presentar?, ¿tengo que llevar algo?

-jajaja, que emocionada que estas que ni siquiera me dejaste terminar, jajaja

-ups!, lo siento, si continua, jejeje

-jaja, todo bien, no hay drama, bueno como te seguía diciendo, es para hacer un estudio, ya que ellos ven cosas que otros no, ósea lo ven con otros ojos, y bueno por hay encontraban algo importante o interesante, que nosotros no, ya que ustedes tienen otra forma de mirar.

-hu! Que interesante, me encantaría

-jejeje, si me lo supuse por eso te llame

-jajaj, que tierno, pero bueno, ¿Cuándo tengo que ir, a donde, como, tengo que llevar algo?

- si si, no te preocupes, es mucha información así que te la mando por correo en un ratito cuando llegue a la oficina.

-dale dale, y muchas gracias.

-no todo bien, un placer, nos estamos comunicando

-bueno dale, dale, un beso que andes bien.

-igualmente, chau chau

-chau.

Esa noticia me causo tal emoción, que me puse a llorar de felicidad, por fin, por fin iba a cumplir mi sueño y viajar al espacio, ver los planetas, las estrellas, el sol en todo su esplendor e iba a poder pasar por casa, o verla aun quesea de lejos, mi hermoso y bello Urano!, y mi segunda casa Neptuno y la Luna, y ver a mi primito Antares, la verdad que era maravilloso, no lo podía creer, solo en mis mas hermosos sueños pasaba esto, y ahora era realidad, iba a ir al espacio por primera vez en mi vida, y lo iba a ver con todo su esplendor, sin contaminación lumínica, ni ruidos, nada de nada, esto sería espectacular.

A los dos días mas o menos me llego el correo, me sentía un poco enojada, o con miedo de que este chico hubiera cambiado de opinión, ya que supuestamente ese mensaje lo tendría que haber recibido ese mismo día, pero cuando lo abrí y vi el contenido no pude evitar pegar un grito de emoción, el viernes viajaba a E.E.U.U para ir a la NASA, ellos me pagaban el pasaje, e iba a poder quedarme allí, una semana, viendo los centros de investigación, con una guía, que me valla explicando todo. Eso fue mucho mas de lo que me imagine, verdaderamente me sentía feliz.

Llego el día esperado, en el cual partía a ese país, me temblaba todo el cuerpo, no solo por mi fobia a los aviones y alturas, sino que por la gran emoción que sentía. No se cuanto duro el vuelo, porque yo sentí que se izo infinito, sentía que no llegaba mas a mi destino, pero por fin llego, desembarque y allí estaba mi amigo de pelos oscuros y ojos marrones, esperándome para llevarme a mi alojamiento, y empezar con las practicas de astronauta para poder realizar la travesía.

Pasaron como un mes, el entrenamiento era duro y extenso, prácticamente todo èl día, la comida no era de la mejor, que nos estaban preparando para comer lo que se come allá arriba, que por cierto era horrible, o por lo menos para mi, pero bueno eso no tiene importancia jaja, y todos los días teníamos una hora de visita guiada, donde nos explicaban los instrumentos, los mecanismos y esas cosas, entendí menos de la mitad de todo eso, pero lo que mas rescato es que nos dejaban usar los telescopios, y no era un telescopio cualquiera, eran LOS telescopios, como decimos acá, el SEÑOR telescopio jajajjaa!....

Llego el gran día, me estaba poniendo mi traje para salir de la tierra, me sentía muy nerviosa, parecía ser la única con tal emoción, ya que todos parecían muy tranquilos, muchos eran escritores y pintores, había 1 bailarín y 3 músicos, todos ya listos para abordar a la nave, yo era la única que me estaba demorando, va demorando no, todavía faltaba para despegar, pero a comparación de ellos, parecía que los atrasaba, de todas formas todos estaban hablando muy abiertamente, como siempre soy la única desubicada que se aleja del grupo, pero ese día no me importaba, ya iba a tener tiempo de platicar con ellos si se me apetecía, ya que en ese inmenso lugar íbamos a estar como un mes mas o menos. Ya era la hora y yo por fin estaba preparada, 5 minutos antes, no lo podía creer, estaba lista antes de tiempo y no demore a nadie, nunca en la vida me había pasado eso jajaja, pero en fin, ya estábamos todos listos para comenzar la aventura espacial, salimos, subimos, nos acomodamos tal cual nos habían enseñado, y la nave comenzó a ascender, cuando salimos de la atmosfera todos comenzaron a aplaudir, me sentía feliz, mi corazón me latía a mil por segundo, sentía calor, me sudaban las manos y mis ojos parecían dos cristales sumergidos en agua, ya que no podía parar de llorar, eso fue tan hermoso, fue una de las sensaciones mas lindas que logre sentir en mi vida, tan así, que ni se como describirlo, pero me acuerdo y siento que se me corre electricidad por todo mi cuerpo y me da un escalofríos.

Ya estábamos afuera, todo parecía ser tal cual como me lo habían pintado o enseñado, solo que una belleza indescriptible, estaba atontada mirando por la ventanilla, fui la que estuvo días y noches pegada al vidrio observando cada detalle, cada rayito de luz, todo, todo, el resto perdió el interés por así decirlo en el 3º día mas o menos, yo les preguntaba porque perdieron el ánimo así, y me contestaron “ya vimos suficiente, a partir de ahora es siempre igual, no cambia nada, y ya nos aburrimos”, mi reacción fue tal, que todos se quedaron callados y se comenzaron a atajar diciendo cosas, “yo solo vine porque me dio curiosidad, no porque me interesara realmente el espacio, allá abajo acá arriba vemos exactamente lo mismo”, “no es que mira, también hay cosas que hacer acá adentro, no podemos dejar todo así nomas, también hay que probar si se pueden hacer tal y tal cosa por que como no hay gravedad, sería muy gracioso o no ven mira mira”, “no nos mires así, si muchos de nosotros nos acercamos a mirar por la ventanilla a ver si cambia el panorama”…decidí pegar media vuelta y volver a mi lugar habitual en la nave, la ventana, no quería seguir escuchando esas tonterías, me parecían totalmente absurdas, como era que no podían notar tal magnificencia, tan perfección allí afuera, después de tener pensamientos negativos, decidí no amargarme, y seguir mirando.

Todo iba bien, vimos a mercurio con su color gris plata, Venus tan naranja , la tierra desde afuera, la luna en toda su magnificencia, a Marte tan imponente a Júpiter con su gran mancha roja, a Saturno con esos anillos a su alrededor, la verdad es tanto para describir, de sensación, de miradas, de todo lo que vi en ellos, que no me alcanzaría la vida para describirlos. Cuando supuestamente llegamos a Urano, mi bello y hermoso planeta, no me encontré con él, me quede totalmente sorprendida, eso si me izo dudar si todo lo que estuve viviendo era un sueño o no, abría y cerraba los ojos, para ver si solo era mi imaginación, para ver si eso que estaba viendo era real, también había otro de los tripulantes mirando por la ventana, y tenía la misma expresión que yo, y comenzó a llamar a los demás, todos los que estábamos presentes teníamos las mismas caras, de asombro, de extrañeza, de ¿esto es un sueño o es realidad?, y parecía ser que si, era realidad, el planeta Urano, el planeta del viento, era un planeta de ALGODÓN!, si, así como lo leen, de algodón, era de un blanco brillante, mas brillante que la luna, mucho mas esponjoso que una lana de ovejas, te daban ganas de salir y tirarte en él parecía tan cómodo, tan esponjoso, que no se podía evitar, le pregunte al supervisor que estaba encargado del grupo si se podía salir de la nave, quería ver eso, sin un nada a mi alrededor, solo tener la vista fija en ello, y sin oír nada, el lo pensó un momento y nos dejo salir, salimos todos, algunos me dijeron “que buena idea que tuviste”, “muchas gracias, pensé que eso no se podía hacer y por eso ni pregunte”, etc. Estábamos todos afuera, ninguno pronuncia palabra alguna, era tan lindo, y tan extraño a la vez, yo sentía que había entrado a otra dimensión o alguna obra de Salvador Dali, era tan surrealista que no dejaba de fascínate. Cuando paso un tiempo, no se cuanto, porque la verdad había perdido el sentido del tiempo hace mucho, el supervisor nos informo que era hora de entrar que faltaba mucho mas que ver, todos entraron despacio, pero al fin y al cabo, entraron igual, fui la única que no siguió la orden, seguían llamándome pero no les prestaba atención, no me interesaba, prefería retrasarlos o que me retaran que perderme esa vista que tiene tanto que observar, sentir, investigar, sebe que tarde demasiado y me llamaron tantas veces que uno de mis compañeros de viaje me agarro del brazo y me rastreaba para adentro de la nave, cuando entre y logre entrar en razón y salir de ese estado en el que me encontraba, pedí disculpas, todos me entendieron y comenzaron a reír, y me dijeron que trate de no volver a hacer eso, ya que no podíamos atrasarnos tanto porque teníamos una hora y un día fijo para volver, prometí hacer el intento, nunca mencione que no lo volvería hacer, ya que ellos mismos me dijeron “trata de…”, en fin, todos nos pusimos en la ventana y veíamos como nos alegábamos de “Urano de algodón” .

Después de un tiempo parecía que todo era lo mismo de siempre, ojo con esto no quiero decir que deje de mirar la belleza que tenía delante de mis ojos, o que se me bajaron los ánimos o las ansias, sino todo lo contrario, casi ni quería dormir o comer, porque quería permanecer allí para ver si lograba ver algo como habíamos visto, o para comprobar si eso había sido una fantasía, una ilusión, o si era verdad. Llegamos a Neptuno, y otra vez, no era como me lo habían pintado o como me lo imaginaba en la mente durante años, otra vez estaba en ese mundo surrealista, era un planeta si, pero adivinen de que, de caramelos, dulces, chocolates, en resumidas cuentas de golosinas, quería salir a toda costa y entrar allí a probar un dulce, así sea del tamaño de un granito de arena, pero como me lo suponía, no íbamos aterrizar, solo nos dejaron salir nuevamente, mis ojos estaban clavados en el chocolate jaja, como es de esperarse, pero bueno en fin, por decirlo de una manera vulgar se me caían las babas, quería ir hasta allí, sea como sea, comencé a alegarme del resto, me dieron un aviso por el comunicador de que no me alegara, me detuve, pero las ansias de estar allí fueron mas fuertes, y seguí avanzando, hasta que me detuvieron agarrándome del cordón que nos unían a la nave y me dijeron “no puedes ir hasta allí, es peligroso, además eso no es parte del programa, si quieres volver a salir en la próxima vista devuélvete, sino solo tendrás que mirar de adentro mientras los demás salen a mirar la bella vista del astro que le sigue”, eso me malhumoró bastante, pero no me quedaba de otra, volví a mi lugar inicial “caminando” en reversa, y seguí contemplando el dulce paisaje, hasta que llego la hora de regresar a la nave. Esta vez no quise mirar por la ventana, porque sabía que me iba arrepentir por haberle hecho caso a esas advertencias, así que me quede en otra parte pensando en ese lugar tan extraño, y sentí la sensación de miedo, de miedo que no sea verdad, de que todo eso fuera un sueño, de que solo mis ansias de viajar al espacio me estén haciendo soñar y que no sea realidad todo eso, me entraron unas ganas de llorar inmensas pero supe controlarme, en ese momento cambie mi actitud, poco y nada observaba por el cristal, y me entretenía con cosas insignificantes jugando con la gravedad, era cierto era entretenido, pero ha veces me entraba un aburrimiento que madre santa me desesperaba.

Y nuevamente otro astro, el ultimo del planeta solar, o había sido el ultimo planeta, Plutón, me dije a mi misma que quizás yo me estaba imaginando todo eso, y ahora que estaba desanimada quizá vea a Plutón como me mostraban los libros de ciencia, o como salía por internet, me asome, y no, no vi al pequeño planeta gris mas alegado y frio y nuestro sistema, sino que otra vez caí en esa imagen de dimensión desconocida, de un juego sucio de mi inconsciente, pero de todas formas observe, e hice lo mismo que los demás, salir afuera, pero esta vez, me encontraba mas atrás que las veces anteriores, tenía una persona al frente mío, sin obstruirme la visión, pero la podía ver con el rabillo del ojo, era un poco molesto, pero no le preste importancia, estaba mirando ese astro raro, ese astro con guitarras, pianos, contrabajo, baterías, y con todos los instrumentos que hay desde un toc toc asta una gaita. Me gusta mucho la música, lo admito, pero no se si era mi decepción de que te todo era un sueño, o así lo creía yo, o que era realmente, pero no me sentía tan atraída por el 9 planeta, antes de que nos dieran la llamada de aviso para entrar, entre, y lo mire de la pequeña ventanilla redonda. Muchos se sorprendieron, ya que hace días estaba actuando algo “raro”.

Cuando ya estábamos todos abordo, comenzó el plan regresar a casa, al planeta tierra, y pisar suelo firme otra vez, y que hubiéramos conocido lo que hay mas allá de Plutón, pero como hicieron tres paradas inesperadas y pudimos ir, pero que si había una próxima, alargarían el recorrido para ir mas lejos, y que aquellos que estén interesados en volver podrían hacerlo. En mi mente, mientras el hombre al mando hablaba, se me cruzaban ideas como, si claro inconsciente, no voy a caer en tu trampa de nuevo, no quiero volver a sentir esa sensación de decepción, mientras estaba a mitad de mis pensamientos una mujer, que formaba parte del grupo de escritores se me acerca despacio interrumpiendo mi camino mental y volviéndome a donde me había quedado, en la nave, la mire acercarse, no tenia mas de 50 años de edad, era de cabellos rubios hasta los hombros, con ojos verdes, y una estatura normal para mujer. Cuando llego a mi, se puso a mi lado, y me dijo, “ no te desanimes, que todo lo que te ayas imaginado, o ayas visto, o aprendido en la tierra, no sea igual acá en el espacio no quiere decir que no sea real, que se un ensueño, claro que no, todo esto sea real, así sea en lo que llamamos vida real, en sueños, o en pensamientos, ¿acaso, no sentiste emoción, nerviosismo, ansias, alegrías, curiosidad entre otra montonera de sensaciones y emociones mas en todo este recorrido, desde que te subiste al avión de tu ciudad, hasta este mismo instante?, si sentiste algo, sea real o ficción, es verdadero, los sentimientos no mienten y no engañan, puede que otros te traten de loca si dices que viste un planeta era solo y exclusivamente de osos de peluche, o de animales o de insectos, pero vos lo viste y lo sentiste, asique no te desanimes y no dejes que pensamientos negativos te arruinen el viaje”, dicho eso me abrazo como una madre abraza a un hijo, me sonrió y se dirigió a la ventana. Me quede unos minutos pensando en esas sabias palabras, y dije “bueno vasta de estar amargada que los viajes se disfrutan”, acto seguido me levante y pegue el ultimo vistazo por la ventana, ya que nos estaban llenado a todos a nuestros lugares porque el regreso iba a ser a una gran velocidad, porque estábamos demorados. Nos colocamos en esa especie de asientos que nos habían dado en un principio, pero mi mirada seguía clavada afuera, en ese ventana, y les iba diciendo adiós a todo aquello que conocí con unas lagrimas en los ojos, y una hermosa sonrisa en la cara, se me fueron todas las dudas, eso, definitivamente era real, y me despedía en mi mente de cada sentimentero que nos alejábamos para regresar a la tierra. Allí estaba nuestra madre, esperándonos con los brazos abiertos, esperando que entremos en su atmosfera, era tan perfecta, y hermosa, que otra vez comencé a largar lágrimas, y feliz le dije un bello

-Hola madre tierra, muchas gracias por haberme creado y conocerte desde dentro y desde fuera, por dejarme conocer a tus hermanos y a tu padre el rey sol. Fue hermoso, y me siento feliz, muchas gracias madre, te quiero.

FIN.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Full Metal Alchemist Foro








Esto es un trabajo que realice en el Photoshop, para las galerias de un Foro de Full Metal Alchemist



Espero que les guste

Muñeca de lana

Me encontraba en un ciudad, no se cual era, no la tengo registrada en mi mente, ni como se llama, ni donde queda, absolutamente nada, solo sé que me encontraba en aquella ciudad, caminando, tratando de ver si los podía identificar alguna calle, algún negocio, algo que me dijera que mi ciudad o alguna otra, pero nada. Seguía caminando, observando, y todo era extraño, las personas, eran muchas, todas distintas, grandes y chicos, y cada vez que entraba en una nueva calle, encontraba cada vez mas personas caminando.

No sabía de que se trataba, el pánico entraba cada vez, aunque tratara de controlarlo cada vez podía menos, se acercaba muy rápido, ya sentía sus brazos a mi alrededor, y allí en ese momento donde me entro la desesperación, el miedo, comencé a correr, sin saber a dónde, no conocía nada, todo era raro y extraño, y cada vez aceleraba mas, tenía que llegar algún lugar o ver a alguien conocido que pudiera ayudarme a descifrar mis preguntas y calamar mi terror.

Las cuadras pasaban a mi alrededor y podía controlar mi velocidad, corría cada vez mas y mas rápido, como si de eso dependiera mi vida, pero sabía que nadie me está persiguiendo, y quería calmarme pero no logreaba manejar mi cuerpo, ni el pánico. Entre a una calle, que para cruzarla tenias que subirte a un puente, era bastante alto, unos dos o tres metros, me dio miedo, odio las alturas, pero pensé “no importa, si lo cruzo quizá, solo quizá, pueda encontrar algo que me ayude”, y así lo hice, subí esas escaleras sin sentir ningún cansancio.

Me encontraba en el principio del trayecto para cruzar esa ancha y transitada avenida, como no había nadie en aquel momento, solos autos y camiones que necesitaban esa ruta, decidí ir caminando, y tratar de regularizar mi respiración y mi corazón, porque en cualquier momento sentía que iba a desfallecer. Cuando comencé mi caminata, sentía un pequeño cosquilleo en mis pies, supuse que era por todo lo que había andado ese día, y no le preste atención, sino que seguí mi recorrido, de repente comencé a notar que los vehículos eran cada vez menos, y me comencé a relajar cada vez. Cuando mire hacia abajo, me percate que había un hilo que iba cayendo, me detuve y observe. Me percate que ese hilo, era en realidad lana, y que abajo, donde tocaba el asfalto tomaba forma, todavía no definida, era entretenido mirar eso, me traía curiosidad quería ver que era eso que se estaba creando a dos metros de distancia. Comencé a observar a mi alrededor, haber si veía a alguien que estuviera haciendo ese acto tan atrapante, pero no veía nada, los autos ya dejaron de circular, no había nada que interrumpiese esa vista.

El cosquilleo que sentía en el pie ahora lo sentía en la rodilla, le eche un vistazo para ver si no me había lastimado ni nada, pero cuando clave mis ojos en ella, encontré el problema me estaba desintegrando, y esa lana que estaba formando esa figura allí abajo, provenía de mi, me dije “si me asusto, no solucionare nada, me seguiré desintegrando igual, si salgo corriendo también, hacerle un nudo, no eso no ayudaría en nada” ya que la lana no salía de mi, sino que lo se desprendía de mi era la piel, la carne los huesos, y a medida que se iban despojando de mi ser se trasformaban en ese hilo. Decidí quedarme hay observando, al fin y al cabo no serviría de nada, haga lo que haga, intentase lo que intentase no solucionaría nada, terminaría desintegrada por completo.

Me quede mirando como todo eso ocurría, por suerte no sentía ningún tipo de dolor, solo cosquilleo, como si tendrías hormigas caminando en tu cuerpo. Paso un tiempo no muy largo, habían sido unos 30 minutos cuando ya estaba llegando a mi cabeza, y me di cuenta que lo que se estaba formando allí abajo era una muñeca de lana, me sorprendí, no había logrado hacer ningún tipo de razonamiento cuando ya no pude ver mas, mis ojos también se desintegraron, solo seguía sintiendo ese cosquilleo, y dentro de nada ninguna sensación pude sentir.

No se cuanto tiempo estuve así, pero sentí que alguien me agarro, me sacudió un poco y me pego algo en la cara, era ojos, pude ver, esa persona que tenía en frente no se quien era no lograba verle la cara, pero me coloco en un rincón de lo que parecía ser una habitación, me pare en mis dos piernas, me costaba mantener el equilibrio pero al poco tiempo me acostumbre, y me miraba centímetro a centímetro, punto por punto, y si era una muñeca, pero faltaba ver mi rostro. Esa persona, una joven por lo que pude decir por sus manos de uñas largas y pintadas de negro, con relucientes anillos y una pulsera de mariposas me alcanzó un espejo, lo tome entre mis manos y me detuve a prestar atención a esa imagen que se dibujada ante mis ojos, no había duda esa era yo, agache mi cabeza, me senté en el piso, y no tuve mas conciencia.

Lo último que recuerdo antes de desfallecer fue la dulce vos de aquella joven que trato de mostrarme otro tipo de vida que me decía.

-No te angusties, muchos pasaron por esto, no dejes que la depresión te venza y pierdas la conciencia para formar parte del mundo material sin razonamiento, para comenzar a ser un no vivo, y ser tratada como a cualquier juguete, seguí tu vida siendo una muñeca, pero feliz, y trata de alegrar a otros.

No comprendí sus palabras, además ya habían sido demasiado tarde quizá me las tendría que haber dicho antes de que colocara el espejo en mi rostro, como dije ya era tarde, era una muñeca con ganas de perder la conciencia, y así lo hice!.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La magia de la naturaleza

El cielo estaba despejado, se veía la resplandeciente luz que emanaba la luna llena, el brillo de las estrellas que le hacían compañía, definitivamente el cielo nocturno se veía mucho mejor que en lugares rodeados de luz artificial creados por el hombre, si con esas luces el cielo me enamoraba, ahora me encontraba perdidamente enamorado de él... era magnifico, había tantas estrellas que apenas lograba distinguir cual era el cinturón de Orión o la cruz del sur.

Eso me llenaba de tanta pero de tanta paz, que decidí caminar en aquel lugar, donde no encontraba nada más ni nada menos que arena, era como estar en los desiertos de Sahara. Comencé a caminar tocando con mis pies la arena y sintiendo sus pequeñas piedrecillas en la planta de mis pies, y lograba sentir el poco calor que habían acumulado del día proporcionado por un irradiante sol de verano. Al principio yo sentía que tenia ropajes, los sentía en mi piel, escuchaba su sonido, y sentía sus ondas provocadas por la suave brisa, pero a medida que iba caminando comencé a despojarme de esas telas que cubrían mi cuerpo, quería sentir la cálida luz blanca que me daba la luna en mi piel, y en el trayecto de mi silenciosa caminata iba desprendiendo una por una esas ataduras y liberándome de aquello que no me dejaba sentir las caricias de la brisa y calor de esa luz nocturna.

Camine y camine sin cansancio, solo escuchaba mi respiración, el latir de mi corazón, y el crujir de la arena ante la presión que ejercían mis pies al tener contacto con ella para poder avanzar, esa paz que sentía era intensa, por fin comprendía la frase de mi profesora de geografía “escuchar los sonidos del silencio”, era maravilloso, era de ensueño, sentía mi alma en paz y mi cuerpo trabajando en completa armonía y coordinación. Ya no sentía esas ataduras en mi cuerpo, sino que logre sentir esas cosquillitas y erizados de piel provocadas por los susurros del aire, me sentía completamente en una perfecta relajación .

De un momento, como una serpiente se desprende de sus escamas para cambiar por unas nuevas, mi cuerpo comenzó a reaccionar como ese fenómeno natural, la tela suave que se encuentra cubriendo mi carne comenzó a desprenderse suavemente cayendo al suelo, sentía como tiraba, pero no sentía dolor, sentía liviandad por cada centímetro que se iba desprendiendo de mi, hasta caer muerta en la arena, mientras debajo de ese manto crecía uno nuevo a la misma velocidad que esta descendía. Me sentía feliz, sentía cada vez más relajación y liviandad. Esto se produjo una y otra vez, repetidas veces, no sé cuantas pero tampoco me importaba, me sentía llena y feliz mientras esto ocurría, iba dejando un trayecto de pieles en la superficie terrestre.

Paulatinamente esa arena seca, sin agua, comenzó a sentirse húmeda, y al tiempo ya no era arena sino que era tierra, la brisa se trasformo en suave ventisca con hojas danzando librante en el aire, eso me dejo impactada, la naturaleza es tan maravillosa, pero me impresionó mucho ya que yo me encontraba en un desierto, sin árboles, sin agua, sin nada más que cielo y arena, por esa razón me entro curiosidad, ¿acaso había caminado tanto y no me había dado cuenta?, no, no podía ser eso, seguramente la naturaleza me estaba dando demostración de magia, asi que por esa razón, voltee muy lentamente con los ojos cerrados, escuchando y sintiendo todo a mi alrededor, no quería dejar de disfrutar de ese hechizo en el que estaba sumergida. Cuando ya había dado un giro de 180º abrí los ojos lentamente sin apresurar nada, sin dejarme influenciar por la curiosidad, no quería dejar de sentir, cuando los tuve totalmente abiertos de par en par, me dedique a enfocar poco a poco mi vista en todo el paisaje que se encontraba en frente de mí, eso me dejo asombrada, era algo que jamás se me hubiera cruzado por la cabeza, era algo que me dejo con la boca abierta, mirando a todo mi alrededor, deteniéndome en cada detalle.

Lo que vi era un camino de árboles desde muy lejos, los más alejados se encontraban sobre la arena, eran altos, con grandes copas de un hermosísimo verde, y a medida que se iban acercando eran más jóvenes, mas flaquitos, con una copa cada vez más chiquita, llegando cada vez más cerca naciendo ya en la tierra. Cuando llegue al más pequeño, al que tan solo era un brote, me detuve unos cuantos minutos o quizás horas observándolo como crecía, tomaba altura lentamente, pero no nacía de la tierra, sino que nacía de los pedazos de piel que yo iba dejando caer, florecían de allí, estirando sus raíces por el terreno y aferrándose a él, cobraba fortaleza, altura, anchura, color, y lo mismo estaba sucediendo con el pellejo que abandone hace unos pocos minutos, antes de detenerme a observar que era lo que estaba pasando en ese espacio que parecía fuera de la realidad. Eso fue maravillo, ver crecer a algo que tiene vida, me izo sentir eso que te da alegría, felicidad, esperanzas, fuerzas, etc. Y tome la decisión que en ese momento me parecía la más adecuada, acostarme a mirar el cielo rodeada de todos esos seres con vida que me acompañaban en la hermosa velada, y yo hacer lo mismo con ellos, para verlos crecer, madurar, y también como forma de agradecimiento por haberme dejado experimentar tan inexplicable sensación.

Me recosté en el suelo húmedo, acariciando las hojas del joven árbol que crecía a mi lado, mirando las estrellas, comenzó a salir el sol, era un amanecer espectacular, le dedique una sonrisa y un asta pronto a la luna y cerré mis ojos para que el calor y el brillo del sol se apoderaran de mi.

Sentí que había perdido la conciencia por un mar de minutos, porque cuando abrí los ojos, no me encontré con ese bello y majestuoso paisaje, sino en un lugar con paredes blancas, un foco de luz en el centro del techo, y unas sabanas blancas cubriéndome, sentía que llevaba ropas puestas, comencé a pensar que alguien me había encontrado y llevado algún refugio de allí.